Si digo que la música se ha convertido en un negocio espeluznante, no digo nada nuevo.
Si digo que la codicia de los productores no tiene límites y que ya ha pasado de ser abusivo, tampoco.
Y aunque no se puede hacer nada ante esto (no se puede???) hay que seguir diciéndolo y rebelándose ante esto, porque sino pareciera que somos parte de un rebaño de tarados resignados.
Algún día cambiará.
Solo que en nuestro país, algunos procesos llevan más tiempo que lo normal.
Los precios de las entradas para ver el concierto de Paul McCartney el próximo 10 de noviembre en River son sencillamente una burla y un desprecio a la sociedad argentina.
Sencillamente porque se asemeja a "una forma legal" de discriminación aberrante, remarcando con gran cinismo la diferencia entre ricos y pobres, entre pudientes y no pudientes.
Poner precios, que en algunos casos duplican o triplican el sueldo promedio de un trabajador argentino es una vergüenza.
Poner las entradas más baratas en ubicaciones donde todos sabemos que no se ve y no se escucha, y que finalmente se termina viendo por la pantalla gigante, es una burla.
Y no suficiente con esto, pusieron en venta durante una semana las entradas exclusivamente para los poseedores de una tarjeta de crédito.
Si podés y querés tener una buena ubicación será imposible ya que esas localidades están casi todas vendidas, por los poseedores de la tarjeta que justo no tenés.
Y resignado, cuando a tu turno, comprés una entrada, que no siendo de tu agrado, comprás igual porque "no podés perderte la despedida de Paul" (porque hasta con eso especulan), te ponen una nueva fecha, que ya estaba convenida de antemano cuando firmaron el contrato con el artista.
Y los que pueden…, van y compran.
Y los que no pueden, esperan desesperanzados, el milagro de que se programe un concierto gratuito en la 9 de Julio.
Con tanta plata que se pone para el fútbol, por ejemplo, no es descabellado pensar que el gobierno ponga el dinero para ver a un ídolo que marcó a fuego a varias generaciones de argentinos.
Probablemente McCartney debería preguntarse:
Con tanta gente ahí afuera, a la que marqué e influencié en sus vidas,
Con tanta gente que quiere verme y despedirme en vida…... qué hago yo metido en una burbuja?
Más allá de lo antedicho y de mi enojo, tengo mi entrada al concierto.
Solo por 2 artistas no dejo de ir por nada en el mundo: Charly García y Paul McCartney.
Siempre digo que un concierto tiene 2 partes: una es la música propiamente dicha y que va ligado al espectáculo que uno va a ver. La otra es la carga emocional de cada uno que va a ver ese concierto.
Esto último es muy particular e individual y depende por cierto de cada uno.
El que va a un concierto a escuchar solamente la música y la mejor performance del artista o a ver un muy buen espectáculo..... está bien.
Quien puede reprochar eso si en definitiva estás pagando una entrada para eso???
Pero en ocasiones, además de eso, concurro a un concierto por la sensación y la carga emocional que me produce verlo.
Me pasa solamente con aquellos artistas que me han marcado a través de tantos años de escuchar su música y que fueron parte importantísima en mi crecimiento como persona, como músico aficionado y como melómano.
En verdad, soy un agradecido de lo que me dieron, más allá de que pagué por tener sus discos o sus conciertos.
En mi caso ir a ver a Paul es cerrar un círculo.
"Beatles for sale" fue mi primer disco hace 42 años y a partir de ahí tuve un enamoramiento con su música y una admiración por su persona que aun hoy perdura.
No voy con ninguna expectativa.
No voy a compararlo con el concierto que vi de él en Londres cuando yo solo tenia 20 años, o con los 3 conciertos que vi cuando vino aquí a la Argentina, y mucho menos, evaluar si está mejor, peor o igual.
No voy a evaluar si su banda tiene identidad propia o si simplemente, es una buena banda de covers de los Beatles; si suena mejor o peor que cuando estaba con Denny Laine y con Linda.
Probablemente sea la última vez que lo vea y de alguna manera muy personal voy a homenajearlo en vida y agradecerle por todo lo que me dio.
Aunque cante el arroz con leche y aunque mi asiento este adentro del vestuario o arriba del travesaño del arco contrario al escenario.
Y quizás dé el mejor concierto de su vida... o no… pero es lo de menos.
Voy a decirle chau... a decirle que importante fue para mí y a darle un millón de gracias por ello, en persona.
Sencillamente, quiero y voy a cerrar un círculo.... que quizás, probablemente no logre cerrar.
Veremos.
FREDDY BERRO
Freddy,
ResponderEliminarHace "solamente" 34 años que lo escucho.
Mi 1er. album fue "A hard days' night".
Y no sos el único, somos muchos los que vamos, a despedirnos, a verlo en vivo por última vez, después de 17 años de espera.
En cuanto a los precios, más allá de la codicia de los productores, el hecho de que no permitan público parado en el campo influye, ya que se reduce la capacidad (= cantidad de entradas).
Hasta eso es entendible.
Lo que no es entendible es el 15% sobre el valor de la entrada que cobra Ticketek por su ¿servicio? (por teléfono fue imposible comprar y el 12, el sistema estuvo caído por más de 2 horas).
Después de todo, el costo del proceso de venta de una entrada de $10 o de una de $1000 es el mismo, no?
Un abrazo
Gustavo
yo tambien voy a despedirlo a emocionarme otra vez por ver a un beatle en argentina.a agradecer que su musica me sigue haciendo bien la unica pena es no poder llevar a mi hija de 4 años que conoce a los beatles y canta y los ama como yo .
ResponderEliminarFlaco: Decis que no hay que ir y compraste la entrada. Pedis que el estado financie entrada libre e imagino que te quejas por la pesima salud publica. Porque no le regalas tu entrada a uno de los que no puede comprar la entrada.?
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