Un repertorio con temas de toda su carrera solista fue la clave para mantener a 38 mil personas en vilo durante la noche del domingo.
Por Marcelo Fernández Bitar
Las giras internacionales suelen dejar poco margen para la improvisación, y en general los shows de cada escala se parecen mucho. En Buenos Aires, sin embargo, Peter Gabriel hizo un cambio con respecto al repertorio de Caracas y Lima, sus paradas anteriores: incluyó “Big Time”, uno de los hits de su famoso álbum So, en lugar del reciente “Down to Earth” que aparece en la película Wall-E. Y quizás fue un regalo hecho con todo el cariño y buena intención, pero realmente no había necesidad alguna. Porque deben ser contados los países donde existe un público tan fanático del rock progresivo y de la carrera solista del ex cantante de Genesis. ¿En qué otro lugar reciben con una enorme ovación al bajista Tony Levin? ¿Dónde le cantan “olé, olé, olé, Peter, Peter” como si fuera una hinchada? ¿Dónde reconocen los temas al primer compás y miles de personas hacen el ritmo con las palmas antes de que empiece a sonar la batería? ¿Y dónde hay un estadio entero que cante una canción de 1977 como “Solsbury Hill” con la misma intensidad que el hit “Sledgehammer” que popularizó MTV en los años ochenta?
“Big Time”, encima, sonó cansino, sin ganas y en piloto automático, algo que no ocurrió en ningún otro pasaje de las dos horas de antología, donde Peter Gabriel lideró a una banda sobresaliente en una recorrida de inmenso buen gusto por su discografía. Porque este inglés que convocó a 38 mil personas a Vélez ratificó que sí, que desde So fue capaz de hacer temas de enorme difusión en las radios y canales de video, pero también se trata de una de las figuras más importante del rock mundial, pionero de art rock y performer de desbordante personalidad.
La puesta en escena, por ejemplo, aprovechó al máximo una pantalla de LED que colgaba encima de cada músico, donde hubo proyecciones tan originales como impactantes. Pero el cantante también fue capaz de establecer un clima casi intimista con recursos mínimos, como contar en un improvisado castellano (“Así es como destruyo su idioma”, se disculpó) los entretelones de la composición y significado de los temas. Y un momento deslumbrante llegó con “San Jacinto”, donde un intenso haz de luz vertical brotaba del piso justo frente a Gabriel, que cada tanto acercaba su mano y brillaba como cromada, o como las alucinaciones del protagonista de la canción. Al final acercó un espejito y reflejó la luz hacia cada rincón del estadio.
“Estamos muy felices de estar aquí otra vez”, dijo, y se lo vio sonreir con genuina felicidad por el clima logrado y la respuesta tan entusiasta del público, que celebró la inclusión de temas viejos como “On the Air”, “Mother of Violence” (cantado por su hija Melanie, de 33 años) o “Intruder”, además de material más reciente como “Secret World” (con la esperada coreografía de trompo con sus fieles Tony Levin y David Rhodes) y “Signal to Noise”. Hasta incluyó rarezas como la emotiva “Father, Son” y “The Tower That Ate People” del poco conocido Ovo.
Desde el sofisticado inicio con los aires egipcios del instrumental “Zaar” hasta el grandioso cierre con un largo y ascendente “Biko”, todo el recital fue inolvidable, como el hechizo fulminante de un viejo chamán de enorme magnetismo y talento, capaz de tener siempre a mano un as en la manga para dejar a todos boquiabiertos. (Crítica)
Muchachos, la verdad es que nos encantaria estar en su programa...
ResponderEliminarSomos un duo acustico que rememora el rock que les hizo tan bien (digo que les hizo, porque tenemos apenas 18 años jeje)
En fin, pueden escucharnos en nuestro blog:
www.holdonrevolution.blogspot.com
o en nuestro myspace
www.myspace.com/vaderetroacustico
nuestro mail es duovaderetro@hotmail.com
Si se puede concretar algo...seria genial
Muchas gracias y suerte!
Un Abrazo